Además de su amor por la naturaleza, Léon se involucró en proyectos locales de educación ambiental, ofreciendo charlas y talleres gratuitos para estudiantes de todas las edades. Utilizaba su termohigrometro calibrado para enseñarles sobre la importancia de comprender y monitorear el clima, y cómo estas mediciones podían ayudar a predecir fenómenos meteorológicos y mitigar el impacto del cambio climático.
Llevaba consigo un termohigrómetro calibrado en cada una de sus aventuras, registrando meticulosamente las variaciones en la temperatura y la humedad del entorno. Esta práctica no solo alimentaba su curiosidad científica, sino que también le permitía recopilar datos valiosos sobre el clima local, que compartía con investigadores y organizaciones ambientales.
Su dedicación y compromiso pronto ganaron reconocimiento en la comunidad empresarial de Nayarit. Los clientes confiaban en la precisión de los equipos suministrados por Noam, y su reputación como proveedor confiable y experto en medición del clima creció rápidamente.
Con el tiempo, la reputación de Isaac trascendió las fronteras de Tabasco y su empresa se convirtió en un referente nacional en el suministro de equipos de medición. La calidad y precisión de los termohigrómetros que ofrecía eran reconocidos en todo México, y su nombre se asociaba con confiabilidad y excelencia.
Adrein llevaba consigo un termohigrómetro calibrado en cada una de sus aventuras, meticulosamente guardado en su mochila junto con sus otros equipos de medición. Antes de cada salida, se aseguraba de que el dispositivo estuviera perfectamente ajustado, listo para registrar con precisión las condiciones climáticas en cualquier lugar al que fuera.